lunes, 20 de octubre de 2008

Artículo de Warren E. Buffett

Ayer domingo leí un artículo muy interesante en el diario El Mundo. Ya lo he leído al menos 3 veces. Aquí va integro en español.

También está en la versión original, mucho mejor.
http://www.nytimes.com/2008/10/17/opinion/17buffett.html?

Compre América, yo lo hago.
“El mundo financiero es un desastre, tanto en Estados Unidos como en el resto de países. Sus problemas, no obstante, llevan ya tiempo filtrándose gota a gota en la economía general, y este goteo se está convirtiendo en un verdadero borbotón. En un año, el paro aumentará, la actividad empresarial se tambaleará y los titulares seguirán siendo alarmistas. Por eso yo he comprado acciones estadounidenses. Estoy hablando de mi cuenta personal, en la que anteriormente no tenía más que bonos del estado americanos. Esta descripción deja a un lado mis participaciones de Berkshire Hathaway, asignadas a obras benéficas. Si los precios siguen mostrándose así de atractivos, mi valor neto pronto será del 100% en valores estadounidenses. ¿Por qué? Mis compras las dicta una regla muy sencilla: Sé cauteloso cuando el resto se muestre ávido, y sé ávido cuando el resto se muestre cauteloso.

Hay algo cierto: el miedo se está extendiendo con rapidez, acechando incluso a los inversores más experimentados. Para estar seguros, los inversores hacen bien en mostrarse precavidos con respecto a entidades con gran financiación ajena o a empresas que se encuentren en posiciones competitivas débiles. Pero el miedo a la prosperidad a largo plazo de la numerosas empresas sanas del país no tiene sentido. Estas empresas sufrirán, sin lugar a dudas, tropiezos en sus ganancias, como siempre ha ocurrido. Pero la mayor parte de las compañías establecerá nuevos récords de beneficios dentro de 5, 10 y 20 años. Aclaremos un punto: Yo no puedo predecir los movimientos a corto plazo de la Bolsa. No tengo ni la menor idea de si las acciones subirán o bajarán en un mes (o en un año). Lo que sí parece probable es que el mercado suba mucho antes de que la opinión o la economía suban. Así que si espera a que lleguen los petirrojos, se le pasará la primavera.

Añadiré una pequeña historia: durante la Depresión, el Dow Jones llegó a su máximo inferior, 41, el 8 de julio de 1932. Las condiciones económicas siguieron deteriorándose hasta que Franklin D. Roosevelt subió al poder en marzo de 1933. Para entonces, el mercado ya había avanzado un 30%. O pensemos en aquellos días de la II Guerra Mundial, cuando las cosas no le iban muy bien a EEUU en Europa y el Pacífico. El mercado tocó fondo en abril de 1942, mucho antes de que la fortuna de los aliados cambiara. De nuevo, en los años 80, el momento de comprar acciones se dio cuando la inflación hizo estragos y la economía se encontró en una situación comprometida. En resumen, las malas noticias son el mejor amigo de un inversor. Te permiten comprar un trozo del futuro de EEUU a precios rebajados.

A largo plazo, las noticias de la bolsa serán buenas. En el siglo XX, Estados Unidos sufrió dos guerras mundiales y otros conflictos militares traumáticos y caros: la Depresión, aproximadamente una docena de recesiones y pánicos financieros, impactos petroleros, una epidemia de gripe y la dimisión de un presidente salpicado por el escándalo. Aún así, el Dow Jones se elevó de 66 a 11.497. Uno podría pensar que habría resultado imposible para un inversor perder dinero durante un siglo marcado por tantas ganancias. Pero esto no fue así para algunos inversores. Algunos desafortunados compraron acciones sólo cuando les pareció una opción cómoda, y más tarde las vendieron cuando los titulares sembraban la intranquilidad.

Hoy en día la gente que cuenta con equivalente en metálico se siente cómoda, pero no debería ser así. Han optado por un terrible activo a largo plazo, uno que prácticamente no da dinero y cuyo valor se depreciará sin duda alguna. De hecho, las políticas que el Gobierno seguirá en su esfuerzo por aliviar la crisis actual probablemente resultarán inflacionistas, y por tanto acelerarán los descensos en el valor real de las cuentas de líquido.

Casi sin duda alguna, los valores de renta variable producirán gran cantidad de efectivo en la próxima década, seguramente en un grado sustancial. Los inversores que se aferran ahora al efectivo seguro que creen poder calcular con eficacia sus movimientos para alejase más tarde de este. A la espera del agrado de las buenas noticias, ignoran el consejo de la estrella del hockey sobre hielo Wayne Gretzky: “Patino hacia el punto al que se dirige el disco, no hacia el punto donde ha estado”. No me gusta opinar sobre la Bolsa, y destaco una vez más que no tengo ni idea de lo que ocurrirá en el mercado a corto plazo. Sin embargo, seguiré el consejo de un restaurante que abrió en el edificio vacío de un banco: “Ponga su boca donde antes estaba su dinero”. Hoy en día, tanto mi boca como mi dinero dicen valores de renta variable.”

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